La estatua ecuestre de Francisco Pizarro en Lima es uno de los más interesantes de la ciudad. Todo esto debido a su historia y simbolismo político y social. Hace poco (noviembre, 2024) la Municipalidad de Lima ha decidido removerlo… Sí, ¡una vez más!, debe ser el monumento que más veces se ha movido en la ciudad y aquí te cuento su historia.
La escultura fue hecha por Charles Rumsey, un escultor norteamericano nacido en Búfalo, Nueva York, en 1879. Se formó en Francia, donde se educó con, entre otros, Emmanuel Fremiet, un especialista en esculturas ecuestres. Pero Rumsey fue también un hombre de acción, ya que se dedicó con pasión a deportes de riesgo como el boxeo y el automovilismo. Además, era un buen jinete, lo que le permitió jugar al polo, deporte en el que fue considerado un excelente jugador. Se casó con Marry Harriman, hija de un magnate de los ferrocarriles de los Estados Unidos.

Los otros Pizarro de Charles Rumsey
Desde 1910, el escultor hizo varias versiones de la estatua ecuestre de Francisco Pizarro. La primera se expone hoy en el frontis Albright-Knox Art Gallery de Búfalo. Es de bronce y fue fundida en una sola pieza sin soldadura en París. Mide 1.80 m. de altura.

La segunda, fue expuesta en la Pacific International Exposition de San Francisco de 1915, en la que se celebraba la apertura del Canal de Panamá. Medía 5.70 m. de altura.

El 21 de setiembre de 1922, Rumsey murió en una accidente de tránsito, pero su viuda continuó impulsando la difusión de sus trabajos.
Así, se expuso una tercera copia de Pizarro en el Gran Palais de París en 1927. En 1929 esta estatua fue llevada a la Plaza Mayor de Trujillo en España, lugar donde nació el conquistador del Perú. Y allí se encuentra hasta hoy.

El Pizarro de Lima
En 1934 es que se envió desde Nueva York la copia de la famosa escultura de Pizarro que llegaría a Lima. Fue un regalo de la viuda de Rumnsey y se inauguró el 18 de enero de 1935, cuando la ciudad celebró los 400 años de su fundación española.
Aprovecho en comentar que es falsa la leyenda que dice que esta escultura representa a Hernán Cortés y México la rechazó, por eso lo enviaron aquí. El único conquistador español al que Rumsey representó fue Pizarro.

El contexto histórico en el que se coloca esta escultura es más que interesante. 1930 es la década del militarismo asociado en el poder a la élite más conservadora. Gobernaron los militares Luis M. Sánchez Cerro y Óscar Benavides, ambos asociados históricamente a la derecha peruana.
En esa década también empezó toda una revalorización de la herencia hispánica en el Perú. Es algo curioso, ya que apenas 14 años antes (1921) el Perú había celebrado su primer centenario de independencia de España. Y ahora se ensalzaba lo español y toda su influencia en lo peruano.

En palabras de Luis Alberto Sánchez:
“Surgió un nacionalismo colonialista, antíindigena, europeizante, que eliminaba de la actividad peruana a los mestizos, execrados por Hitler en “Mi Lucha”. Era un nacionalismo recortado, costeño, hispanizante, católico y virreinal”.
Toda esta atmosfera derivó, en algunos casos, en el fascismo activo de algunos intelectuales como José de la Riva Agüero y Felipe Sassone.
La década de 1930 vio también crecer al partido “Unión Revolucionaria”, fundada por el presidente Luis M. Sánchez Cerro, y a la muerte de este, se convirtió en líder Luis A. Flores, quien se definió como fascista. Tenía bajo su mando a un grupo de “Camisas Negras” a los que veían por Lima haciendo ejercicios y participando en mitines políticos. Odiaban a la democracia, a los japoneses (a falta de judíos), a la izquierda, y a todo a lo que se pareciera a eso: el aprismo, por ejemplo. Tuvo su máximo apogeo cuando en 1936 (un año después de la celebración de los 400 años de la fundación española de Lima) lograron llegar a la segunda ubicación. 40 por ciento de Lima votó fascista.

Pero, ¿cuál pudo haber sido la razón de este florecer de ideologías? Quizás fuera una reacción contra el nacimiento de otras ideas ubicadas al otro extremo: las fuerzas del movimiento obrero y estudiantil, el socialismo, el marxismo, el aprismo y el indigenismo había hecho acto de presencia en la historia peruana.
De nuevo, Sánchez escribe:
“La clase dirigente y oligárquica del viejo Perú sintió que el suelo, económica y socialmente, se estremecía bajo sus plantas y se entregó a la adulación de las fuerzas armadas”.
Es posible que esta clase más que España haya querido imitar a Francia o Inglaterra, de hecho la herencia española en la ciudad era considerado ya poco atractiva. Se pidieron destruir los desfasados balcones coloniales, abrir nuevas y anchas avenidas que reemplazarán a las estrechas calles limeñas diseñadas en el virreinato. ¡Había que imitar los planes del barón Haussmann en París!
Pero ante una situación tan delicada como ver amenazado su poder fue mejor volver a la imagen fuerte de un conquistador como Pizarro para dejar en claro quienes seguían mandando.
No es raro que se haya escogido la imagen del conquistador extremeño como símbolo del momento. ¿Quién más, si no? Es el hombre que fundó la ciudad en la que ahora vivimos sobre una comunidad que ya habitaba en esta zona cientos de años antes.

Además, no es de extrañar que las personas que organizaban los 400 años de fundación española fuera, justamente, descendientes de españoles. El alcalde limeño de entonces, Luis Gallo Porras, tenía como padre a un hidalgo español y su discurso por la inauguración del monumento dijo que Pizarro era una “figura preclara del héroe y del civilizador”. El mismo Riva Agüero, quien “participó activamente en dichas festividades”, era Marqués de Montealegre de Aulestia y descendía de la más rancia nobleza española.
Así que pusieron la escultura ecuestre en el atrio de la Catedral de Lima. Blandiendo su espada, mirando firme a la distancia con disposición de atacar. Imponente y bien armado, los limeños lo vieron desde 1935 hasta que en julio de 1952 decidieron removerlo.
Primer traslado del monumento de Francisco Pizarro
El 3 de julio se bajó al conquistador de su pedestal. Una grúa se hizo cargo del trabajo, mientras que se paralizó a los tranvías que entonces cruzaban la plaza. Mucha gente se aglomeró en el atrio de la catedral para observar el traslado.

No se sabe quién dio la orden. Hay quien sugiere que fue el mismo presidente Manuel A. Odría. El 26 de julio, después de varias semanas descabalgado, removieron el monumento. Miles de personas acompañaron la “procesión” que duró una hora y media.
No lo llevaron muy lejos. En la esquina del jirón de la Unión con el jirón Conde de Superunda (al lado del Palacio de Gobierno), había una antigua casa que derrumbaron. Como resultado, se creó un espacio para la plazuela que recibiría a Pizarro y que empezarían a llamar con el apellido del conquistador.

Segundo traslado del monumento de Francisco Pizarro
Desde 1991 había ya voces críticas que pedían el retiro del monumento de la plaza. O al menos su reemplazo por una escultura “menos agresiva”. El arquitecto Santiago Agurto, es el que con más ahínco pidió el traslado de la estatua. Volvieron las viejas (y actuales) discusiones: Pizarro es un civilizador, Pizarro es un genocida. Ad infinitum.
En 1997, siendo Agurto regidor de la Municipalidad de Lima, logró que el municipio votara a favor de la remoción del monumento. Pero se tuvo que esperar hasta la medianoche del 26 de abril del 2003 para ejecutar la orden.
¿Motivos para este traslado? También se desconocen, lo que se cree es que fue una jugada política del entonces alcalde Luis Castañeda para ganar votos. El monumento se quedó confinado en un depósito municipal unos 17 meses. Finalmente, el 19 de octubre del 2004, en un extremo medio oculto del parque de la Muralla, ubicaron el enorme monumento al fundador de Lima.

La plazuela Pizarro fue rebautizada como plaza Perú y en vez del monumento se puso una bandera y un juego de chorros de agua. Lo que lamentablemente no se mudó fue el pedestal de Pizarro, en donde había un relieve de bronce que representaba al inca Garcilaso, realizado por el escultor español Manuel Piqueras en 1935.
Sin embargo, quedan algunos recuerdos del conquistador en ese rincón de la ciudad. Si te fijas bien, la portada lateral de Palacio de Gobierno tiene en la parte alta el escudo de armas de los Pizarro, motivo por el cual le llaman “la puerta de Pizarro”. Hay también un edificio que se llama Pizarro, construido justo en la década de 1950, y que tiene dentro un hermoso vitral en el que se representa al español con sus hombres en el suceso de la isla del Gallo.

Tercer traslado (y por ahora último) del monumento de Francisco Pizarro
Finalmente, el 15 de enero del 2025 la municipalidad de Lima, esta vez gobernada por políticos de la derecha más conservadora, repuso el monumento en medio del pasaje Santa Rosa, muy cerca del monumento del curaca Taulichusco. Aducen, entre otras cosas, que hay fisuras estatua de bronce a consecuencia del paso de los trenes que se movilizan muy cerca del parque de la muralla. Quieren, además, resaltar “el mestizaje que ha dado forma al Perú”.

Desde este 18 de enero del 2025 (día en que se celebrarán 490 años de fundación española de la ciudad) el monumento de Francisco Pizarro habrá vuelto para estar muy cerca de la plaza. Hasta que, quién sabe, alguien decida que no es el sitio correcto… y…
Fuentes
- Contreras, C y Cueto, M. (2016). Un nuevo Militarismo. Fortalecimiento del estado y lucha política (1933-1948). IEP – La República.
- El Comercio, 03 de julio de 1952, p.3
- El Comercio, 27 de julio de 1952.
- Gonzales, O. (2020). José de la Riva Agüero y Felipe Sassone: dos pensadores sociales y el fascismo en el Perú. En Discursos Del Sur, no 6, julio/diciembre 2020, pp. 75-96 DOI: https://doi.org/10.15381/dds.v0i6.19324
- Higgins, J. (2005). Lima. A cultural and literary history. Signal Books.
- Jochamowitz, L. (2019). Archivo expiatorio. Planeta.
- Libertad Digital (enero de, 2025). La estatua de Pizarro regresa al centro de Lima para resaltar el “mestizaje que ha dado forma a Perú”. https://www.libertaddigital.com/internacional/latinoamerica/2025-01-16/la-estatua-de-pizarro-regresa-al-centro-de-lima-para-resaltar-el-mestizaje-que-ha-dado-forma-a-peru-7207685/
- Martucelli, E. Estatuas móviles. El caso del monumento a Francisc Pizarro en Lima. En ILLAPA Mana Tukukuq 2019, 16 (16): 124-139.
- Varón, R. (2006). La estatua de Francisco Pizarro en Lima. Historia e identidad nacional. Revista de Indias, vol. LXVI, 236, pp. 217-236.
- Sanchez, L (1985). Conservador, no. Reaccinario, sí. Mosca Azul editores.